doctor risk Dr. David Hillson, FIRM, HonFAPM, PMI Fellow

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  Los mitos nos ayudan a que la incertidumbre que nos rodea tenga sentido. En el mundo de los negocios y de los proyectos, la gestión de riesgos desempeña el mismo papel. Desafortunadamente también hay mitos sobre la gestión de riesgos. Estos mitos son a menudo parcialmente ciertos, pero no representan la realidad. Estos son los diez mitos más importantes sobre el riesgo, y cómo hacerles frente.

 

Cuando un facilitador lidera un grupo en un taller de facilitación o en una reunión, puede adoptar toda una gama de estilos de facilitación. Estos varían con la cantidad de control ejercitado por el facilitador comparado con el grado de control permitido por el grupo. En un extremo, el facilitador tiene un control casi completo sobre lo que ocurre en el taller o en la reunión. Como contraste, en el otro extremo el grupo tiene casi total control de los procedimientos. Entre estos extremos se ubican varias posiciones compartidas en las que el balance del control difiere entre el facilitador y el grupo.

Aunque la gama de posibles estilos de facilitación es continua, podemos distinguir tres zonas:

  • Directiva/Reactiva. El facilitador toma el liderazgo para dirigir el taller, mientras el grupo sigue al facilitador de manera reactiva. En el modo directivo, el facilitador es el encargado, tomando el liderazgo, diciéndole a la gente lo que tiene que hacer.
  • Colaborativa. El facilitador y el grupo trabajan juntos para conseguir los mejores resultados del taller o de la reunión. En este modo ellos actúan como asociados, con el facilitador al lado y actuando como un miembro del grupo.
  • De apoyo/Proactiva. El grupo toma el liderazgo de manera proactiva, estableciendo el orden del día y conduciendo el taller, con el facilitador en modo de apoyo. En este caso, el facilitador es más como un amigo que ayuda, permaneciendo detrás del grupo, aconsejándoles y ayudándoles cuando es necesario.

El facilitador del riesgo puede utilizar una gama de estilos diferentes, pero ¿cuándo es cada estilo el apropiado en un taller de facilitación de riesgos?
El estilo directivo es apropiado al principio y al final de un taller de riesgos, cuando el facilitador necesita dar al taller un comienzo claro (clarificando los objetivos, definiendo el orden del día y estableciendo las reglas básicas), y cuando el taller se termina (resolviendo asuntos pendientes y preguntas, resumiendo resultados y clarificando los pasos siguientes). Ambas etapas funcionan mejor cuando el facilitador se encarga de proporcionar los “inputs” y las guías necesarias para los participantes del taller.

Los estilos de facilitación alternativa pueden usarse en medio del taller de riesgos, cuando los riesgos se identifican y se evalúan, y cuando se desarrollan las respuestas al riesgo. La selección del estilo depende de la madurez y de la experiencia del grupo. Con un grupo más maduro el facilitador puede adoptar un estilo de más colaboración o estilo de apoyo, permitiendo al grupo tomar más responsabilidad sobre el taller. Sin embargo si los individuos del grupo tienen menos experiencia, el facilitador puede necesitar permanecer in modo directivo, para mantener el taller bajo control.

El rol de facilitador de riesgos es un contribuidor clave para el éxito (o el caso contrario) del proceso de riesgos, particularmente para determinar si el taller de riesgo alcanza sus objetivos. Escogiendo el estilo de facilitación adecuado, los facilitadores de riesgo asegurarán que cada taller alcance sus metas de forma efectiva, de forma que el riesgo se pueda gestionar adecuadamente.