image001Sergio Santos, PMI Basque Branch Leader, Madrid-Spain Chapter

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 Marzo 2017

A menudo escuchamos que la productividad es el santo grial de la recuperación económica. Si conseguimos una estructura productiva sólida, que sea resistente en momentos de mayor incertidumbre, y que con poco apalancamiento continúe teniendo gran capacidad de satisfacer la demanda, podremos decir que nos encontramos en una situación saneada. Debido a que aquello que no se puede medir no se puede mejorar activamente ni gestionar, existen diversos índices que tratan de dar respuesta a la pregunta de cómo poder mejorar la eficiencia, la competitividad y la productividad.

 

Uno de estos estudios es el European Regional Competitiveness Index, el cual para su composición efectúa una combinación de medidas sobre parámetros abstractos y otros más concretos y mensurables, como pueden ser la estabilidad institucional, seguridad jurídica, la estabilidad macroeconómica, o también  el estado de infraestructuras, la salud y el acceso a la educación por parte de la población. También se tienen en cuenta parámetros como la ocupación laboral. En cualquier caso, como medidas comparativas, los factores agregados del índice si pueden ser indicadores de economías más dinámicas.

Por otro lado, en un reciente estudio publicado por el departamento de Hacienda y Economía del País Vasco, “Ikerketak Ekonomiaz: Perspectivas de la productividad“ , los autores, Alberto Alberdi y Jose Ignacio Jaca, realizan un pormenorizado estudio sobre la situación de la productividad en la economía de la CAPV. Se trata de un documento que provee gran nivel de detalle de diagnóstico, datos estadísticos y teoría económica.  Primero, el documento realiza una descripción metodológica defendiendo la medida de productividad total de los factores (PTF), enfrentándola al modelo neoclásico donde no se tiene en cuenta la productividad del capital. Se pasa después a un desglose de datos, donde se concluye fundamentalmente que “Los niveles de crecimiento de la productividad total vasca son bajos no solo por  la debilidad de los sectores que suman sino también porque la cola de sectores que lo frenan es excesivamente larga”. Es decir, comparativamente con otras regiones de la UE, la economía tiene un margen de mejora muy importante en cuanto a aprovechamiento de los recursos. El informe permite también conocer datos comparativos de carácter sectorial.

Otros índices interesantes pueden ser el “Doing Business” del Banco Mundial o los índices por país que publica regularmente la OCDE.  En términos generales, lo que estos estudios nos muestran es que el entorno económico en el que nos adentramos se caracteriza por un contexto donde la inversión en creación de valor es cada vez más problemática, y los riesgos de carácter tecnológico o incertidumbre del entorno macro, hace que la asignación de capital, ya sea desde la iniciativa privada o púbica, sea difícil de clasificar en cuanto a retorno de inversión o en términos de interés social. En este sentido, considero que los análisis y soluciones no se dan por separado en los dos paradigmas clásicos, el macroeconómico y el microeconómico, sino que tenemos que verlo como un sistema complejo donde los factores de decisión en empresas y proyectos son las que a la larga tendrán mayor influencia, de forma agregada, en el resultado global. La clave para la superación de la situación es que el ahorro y el crédito sean trasladados a actividades productivas donde el derroche sea el mínimo. Los esfuerzos del BCE en política monetaria, serán infructuosos si la economía no consigue posicionarse en un entorno de rentabilidad y crecimiento sostenibles.

Una definición que me parece muy adecuada de la economía es que la base del crecimiento es el comportamiento optimizador. Se trata de conseguir, mediante una cantidad de recursos limitada, el mayor output que seamos capaces en beneficio de nuestros clientes, inversores, o en la sociedad. Por lo tanto, el camino a seguir es profundizar en la mejora de la eficiencia para ser más competitivos, y en esto es donde creo que la disciplina de la Gestión de Proyectos provee unos aportes fundamentales. Incide en las buenas prácticas en cuanto a planificación, control de los costes y el tiempo. Esto es necesario de cara hacer una toma de decisiones adecuada de  inversión en proyectos. La mayor parte de las ineficiencias son debidas a que los recursos no están asignados de forma óptima. Si el divisor de la función de rentabilidad, es decir, los costes, no ha sido dimensionado adecuadamente, no solo tendremos problemas de retorno, también se disparan los costes de oportunidad que no han sido evaluados de forma conveniente. La triple restricción tiempo-costes-alcance, es la piedra angular que ayuda a gestionar de forma óptima la creación de aquello que está demandando el mercado, con la asignación de recursos humanos y capitales adecuada. Dentro de la disciplina, las herramientas y áreas de conocimiento que tenemos a nuestra disposición para ser adoptadas por empresas y sector público son muchas, pero atendiendo a la temática económica, podemos resumirlas con la siguiente clasificación:

Técnicas de gestión de requerimientos y Business Analysis: describir adecuadamente las acciones que crean valor en el mercado. Es la forma de que las empresas, tecnologías e infraestructuras que creamos, sean sostenibles en el tiempo y flexibles. Para ello es importante una identificación de todos los involucrados por la actividad, y conocer muy bien los mecanismos de comunicación que hagan aflorar la información relevante. La implicación de los interesados es necesaria y se corresponde con el concepto económico de la apreciación subjetiva del valor.

Técnicas predictivas: relacionadas con una adecuada planificación y control de los riesgos. Un reciente estudio llevado a cabo por la universidad de Mondragón, concluye que una inadecuada gestión de los riesgos es la mayor problemática a la que se enfrentan los gestores de proyectos en la industria vasca. La información y la aversión al riesgo forman parte necesaria de una adecuada toma de decisiones.

Técnicas de control: sistemas de información y seguimiento que hacen que los proyectos no se desvíen y tomar las medidas adecuadas ante cambios de alcance y materialización de riesgos.

Técnicas de gestión de portfolio y selección de inversiones: una vez estimados de forma adecuada los recursos necesarios, realizar una toma de decisiones ponderada que optimice la asignación de recursos en el futuro, asegurando un flujo de caja en el corto plazo. Para ello es necesario también el desarrollo de pensamiento estratégico para valorar las posiciones de mercado y lanzar la tecnología y creación de activos que multipliquen las oportunidades de crear valor en el menor tiempo posible, balanceando adecuadamente aquellas opciones que sean estratégicas a futuro.

En conclusión, los socios de PMI y certificados PMP podemos aportar mucho a la recuperación económica para que esta sea lo más sólida y rápida posible, aplicando y difundiendo este know-how en las empresas y proyectos de interés público. Con la suma de todos, una diligencia adecuada en esta filosofía hará que el agregado global de la economía crezca con fortaleza.